Según la SEEBV (sociedad Española de Especialistas en Baja Visión) la Baja Visión es la condición visual que padece una persona con una reducción importante de su visión, que no mejora utilizando la adecuada corrección en gafas, lentes de contacto e incluso acertados tratamientos médicos, farmacológicos o quirúrgicos, lo que dificulta la realización de actividades en la vida cotidiana.

Se considera que un paciente tiene Baja Visión cuando su agudeza visual con gafa bien graduada es de, como máximo, un 40% en el ojo con mejor visión.
También tienen en cuenta el campo visual del paciente, ya que hay pacientes con una agudeza visual del 1.0 (lo que se llama comúnmente el 100%) pero sin embargo tienen un campo visual tan reducido que les impide caminar con normalidad y ver lo que pasa a su alrededor.
Para que os hagáis a una idea, es como mirar a través de un tubo, ves la zona del centro de la imagen pero te pierdes todo lo demás. En el caso de que el campo visual sea de un 20% o menos también se considera que ese paciente tiene Baja Visión.

Estos pacientes no tienen posibilidad de mejorar su visión con cirugía, tratamiento médico ni con gafa convencional.

El objetivo que nos ponemos con los pacientes de baja visión es poder aprovechar al máximo el resto visual que les queda mediante diferentes tipos de ayudas ópticas, como son las lupas, microscopios, telescopios y filtros.

En muchas ocasiones los pacientes refieren deslumbramientos o visión en neblina que les impide ver con nitidez todo aquello que no tiene un contraste máximo (blanco sobre negro). Para estos casos existen filtros específicos como los polarizados que ayudan a aumentar el contraste y con ello la visión y autonomía del paciente.

En ocasiones al paciente le puede ser muy útil otro tipo de ayudas, no ópticas en este caso, como podría ser los audio libros, los relojes sonoros que nos dicen la hora y el día pulsando un botón o los monederos calibradores, aplicaciones para ordenadores y móviles que nos ayudan a aumentar el contraste y el tamaño de la imagen, etc.

Las utilizaremos cuando necesitemos leer el nombre de una calle, ver el número del autobús que está llegando o leer cualquier cartel que se encuentre lejos. Utilizaremos telescopios con diferentes aumentos, dependiendo de las necesidades del paciente o ayudas electrónicas de última generación.

También contamos con ayudas electrónicas de última generación como el ORCAM. Éste es un dispositivo que ayuda a las personas ciegas o con baja visión a escuchar lo que no ven.

Este dispositivo se engancha magnéticamente a una de las varillas de la gafa y describe lo que ve. Permite leer textos y libros. Ayuda a identificar los billetes para asegurarnos de que nos dan bien el cambio, por ejemplo. Reconoce caras y colores.

Las utilizaremos en todos los trabajos de cerca que no podamos hacer con nuestra gafa habitual, como por ejemplo coser, leer, pintarse las uñas, manualidades, etc.

Cuando el aumento es muy grande vamos a necesitar introducir prismas para evitar la diplopía (visión doble).

En innumerables ocasiones no somos conscientes de lo importante que es la luz para tener una buena agudeza visual de visión próxima. Con la misma gafa puede haber una diferencia de varias líneas de visión cambiando la iluminación del papel.

Por ello en Vision Center hacemos especial hincapié en el uso de instrumentos con iluminación incorporada, o bien la utilización de una lámpara que nos ilumine el papel mientras usamos las lupas.

Trabajamos con fabricantes punteros en instrumentos de Baja Visión como por ejemplo Fonda, que nos trae como novedad unas gafas con luz incorporada. Esta luz no está siempre encendida si no que el paciente la encenderá cuando lo considere necesario.

Si necesitas más información no dudes en contactar con nuestro equipo acercándote a      nuestro centro, llamándonos al      934 570 934 o escribiéndonos      un e-mail.